Una deuda con una financiera puede acabar convirtiéndose en un problema muy grave si no se paga a tiempo. Porque estas entidades aplican unos intereses de demora bastante elevados y, a la vez, tienen recursos más que suficientes para llevar el proceso de reclamación de deuda hasta el final, por lo que no van a rendirse.

Si no tienes recursos suficientes para hacer frente al pago, tal vez hayas pensado que sería buena idea esperar hasta la prescripción. A continuación, vamos a analizar cómo funciona esta posibilidad y qué otras alternativas existen para cancelar deudas.

¿Qué implica la prescripción de una deuda?

La regla general es que las deudas hay que pagarlas y, tal y como establece el Código Civil, el deudor responde de sus deudas con sus bienes presentes y futuros. Es decir, si a día de hoy no tienes bienes, tu acreedor podrá seguir reclamándote en un futuro.

La prescripción es una excepción a esa regla general, porque implica la extinción de una deuda sin haberse procedido a su pago. Esto se produce por el mero paso del tiempo (el fijado en cada caso por la ley) sin que el acreedor tome medidas para reclamar que se le abone su crédito.

Imaginemos que A tiene una deuda con una compañía telefónica por dos facturas que dejó de pagar hace unos meses. Si pasa el tiempo suficiente y la empresa no realiza ningún tipo de reclamo a su cliente para que abone lo debido, la deuda acabará por extinguirse. 

Pasado el plazo de prescripción, el acreedor ya no puede hacer nada para reclamar el pago de lo que se le debía. El deudor ha quedado totalmente liberado.

¿Cuál es el plazo de prescripción de una deuda con una financiera?

Como hemos señalado antes, el plazo de prescripción no es el mismo en todos casos. Así, mientras que las deudas con Hacienda prescriben a los cuatro años, otras pueden hacerlo en un lapso superior o inferior.

Tratándose de una deuda con una financiera, la duda en cuanto al plazo de prescripción nos la resuelve el artículo 1964.2 del Código Civil. Según esta norma, el plazo de prescripción en estos casos es de cinco años a contar desde el momento en el que el acreedor pudo exigir el cumplimiento de la obligación.

¿Es fácil que prescriba una deuda con una financiera?

Una de las características de la prescripción es que el plazo se puede ver interrumpido. Si el acreedor, en este caso la financiera, realiza alguna conducta con conocimiento fehaciente del deudor que sea tendente a reclamarle el pago, el plazo de prescripción se interrumpe. Y lo que sucede después es que ese tiempo de cinco años empieza a correr de nuevo desde cero. 

Por ejemplo, imaginemos que A pidió en 2020 un crédito rápido para comprar un coche de segunda mano, pero en ese mismo año dejó de pagar las letras, provocando con ello el vencimiento de toda la deuda. En 2021 la financiera no le reclamó nada, tampoco en 2022, pero en 2023 envía a A una carta reclamando lo debido. Esta carta interrumpe la prescripción. 

Si después la financiera no vuelve a hacer nada para cobrar su crédito, la prescripción se produciría en 2028, cinco años después de la última reclamación.

Lo que ocurre con las financieras es que tienen a su disposición todos los medios para reclamar, tanto dentro como fuera de la vía judicial. Es muy complicado que se les pase por alto hacer una reclamación (de hecho suelen realizar bastantes), por lo que la prescripción de una deuda con una financiera es muy difícil que se produzca.

Alternativa a la prescripción para cancelar una deuda con una financiera

La entidad va a reclamar y reclamar hasta las últimas consecuencias. Es muy improbable imaginar un escenario en el que una financiera se olvide de un deudor durante el tiempo suficiente como para que opere la prescripción.

Entonces, si tienes deudas, ¿qué puedes hacer si no te resulta posible pagarlas? La solución está en el procedimiento de Segunda Oportunidad. Siempre y cuando tengas más de un acreedor y te encuentres en una situación de insolvencia real o inmediata.

Es un procedimiento judicial en el que se lleva a cabo la liquidación del patrimonio del deudor y se paga con lo obtenido a sus acreedores. Si la cantidad lograda en la liquidación no es suficiente para cubrir toda la cuantía debida, el juez otorga el Beneficio de Exoneración del Pasivo Insatisfecho (BEPI).

Esto quiere decir que, si hay alguna o algunas deudas que subsisten, estas quedan canceladas inmediatamente por orden del juez. El deudor ya no tendrá que pagar nada, ni sus acreedores podrán hacerle ninguna reclamación.

Que una deuda con una financiera llegue a su prescripción es casi imposible, pero con el procedimiento de Segunda Oportunidad podrías cancelar estas y otras deudas de forma rápida y sencilla. ¿Necesitas asistencia en este procedimiento? Nuestro equipo está aquí para ayudarte