La tramitación de la ley de segunda oportunidad ha estado en entredicho desde que la normativa se aprobó en 2015. Las críticas en torno a ella siempre han manifestado que el proceso establecido era demasiado lento, especialmente si tenemos en cuenta que su objetivo es liberar a las personas de sus deudas si están en una situación que les impide pagarlas con normalidad. Por eso, esto se ha intentado corregir con la nueva ley de segunda oportunidad.

El procedimiento anterior podía durar años

La legislación original no establecía un plazo taxativo para resolver este tipo de procedimientos, porque entendía que algunos podían ser más complejos que otros, lo que iba a suponer un alargamiento del tiempo necesario para que el juez llegara a una resolución.

El alto volumen de peticiones de segunda oportunidad, sumado a lo complejos que podían llegar a ser algunos procedimientos, llevaba el tiempo de espera para obtener la liberación de las deudas hasta los dos años en muchos casos.

Un de las principales causas de que esto fuera así, era que la tramitación de la ley de segunda oportunidad se dividía en dos partes, una de carácter prejudicial y otra ante el juez. Así, el deudor que quería la segunda oportunidad debía iniciar obligatoriamente una negociación con sus acreedores para intentar llegar a un acuerdo de pagos. Si no se lograba el acuerdo, entonces se presentaba la petición ante el juez.

A efectos prácticos, la negociación prejudicial tardaba unos cuantos meses, y lo mismo ocurría con la tramitación en el juzgado, haciendo casi imposible que un proceso estuviera resuelto en menos de un año, por sencillo que fuera.

Este sistema dividido en dos partes suponía, además, un obstáculo para acceder al procedimiento de segunda oportunidad, porque la fase de negociación extrajudicial implicaba asumir costes como el pago del mediador y del Notario.

La tramitación de la ley de segunda oportunidad, en la actualidad

Con la reforma de 2022, se buscaba un procedimiento que fuera mucho más ágil y sencillo. La idea es que las peticiones puedan resolverse en tan solo unos meses, no alargando el proceso más allá de los 12 meses, incluso en los casos más complejos. Aunque algunos procedimientos acabarán dilatándose un poco más porque los juzgados tienen mucho trabajo, con la nueva legislación se han adoptado medidas para que los trámites sean lo más rápidos posible.

Desaparición de la fase prejudicial

Uno de los principales cambios es que se ha eliminado de forma total la necesidad de que el deudor lleve a cabo una negociación con sus acreedores para intentar llegar a un acuerdo. Ahora puede acudir directamente a la autoridad judicial a solicitar la liberación de sus deudas a través del procedimiento de segunda oportunidad.

Esto supone un importante ahorro de dinero y también un notable ahorro de tiempo, que hace que la tramitación pueda terminar mucho antes.

Competencia de los Juzgados de lo Mercantil

Con la ley de 2015, la competencia para conocer de la tramitación de la ley de segunda oportunidad le correspondía a los Juzgados de lo Civil. Estos órganos jurisdiccionales tienen una gran cantidad de trabajo, lo que daba lugar a importantes retrasos en los procedimientos.

Tras la reforma de 2022, la competencia para conocer de la segunda oportunidad recae ahora sobre los Juzgados de lo Mercantil, cuyos jueces están mejor capacitados para tomar decisiones relacionadas con deudas y créditos. Además, el volumen de trabajo de estos órganos jurisdiccionales es mucho menor, por lo que son más ágiles a la hora de tramitar los procesos.

¿Cuánto tiempo tarda en resolverse el procedimiento?

La nueva legislación todavía no lleva mucho tiempo en vigor, y habrá que esperar para ver hasta qué punto es capaz de agilizar el proceso, pero la intención del legislador ha sido que la tramitación no se demore más de 12 meses, aunque se trate de casos muy complejos.

Más allá de lo que pueda tardar la tramitación de la ley de segunda oportunidad, nosotros lo que te recomendamos es que tú no te lo pienses demasiado a la hora de iniciar el procedimiento. Cuanto más tardes en ponerte en marcha, más van a seguir creciendo tus deudas.

Aunque el juez tarde unos meses en resolver sobre tu petición, tú vas a mejorar tu calidad de vida y vas a ganar en tranquilidad en cuanto hayas presentado tu solicitud de segunda oportunidad. Porque, a partir de ese momento, tus deudas ya no van a generar intereses de demora y, si alguno de tus bienes estaba a punto de ser ejecutado por pesar sobre él un embargo, se parará ese procedimiento. Además, tus acreedores ya no podrán seguir reclamando nada y tendrán que esperar a que el juez se pronuncie.

Iniciar la tramitación de la ley de segunda oportunidad es el paso más inteligente para poder liberarte para siempre de tus deudas si estás en una situación de insolvencia. ¿Necesitas ayuda con este procedimiento? Nos tienes a tu disposición para lo que puedas necesitar.