El proceso de la Ley de Segunda Oportunidad puede ser una opción de eliminar tus deudas para siempre; ahora bien, ¿te interesa iniciarlo cuanto antes o es mejor la refinanciación? Aquí te damos más detalles.

¿Iniciar el proceso de la Ley de Segunda Oportunidad o refinanciar la deuda? Pros y contras

Lo primero que hay que señalar es que, como siempre, la cantidad que debas y lo que puedas perder son factores determinantes. Pero, como norma general, si tienes la más mínima posibilidad de obtener el Beneficio de Exoneración del Pasivo Insatisfecho (BEPI), lo ideal es que inicies el proceso cuanto antes; además, eso te servirá como elemento para acreditar tu buena fe.

Vamos, pues, a ver con detalle las ventajas y desventajas de cada caso por separado. Toma nota, que esto te interesará: 

Ventajas y desventajas de iniciar el proceso de la Ley de Segunda Oportunidad

La primera ventaja de iniciar el proceso de la Ley de Segunda Oportunidad es que un embargo queda paralizado provisionalmente. Es decir, si inicias el trámite, hasta que se resuelva tu solicitud no podrán desposeerte de tus propiedades. 

En segundo lugar, y en el caso de que no haya acuerdo posible con los acreedores, esto puede servir de elemento de presión. Aquí hemos de decir que esta es una opción siempre que exista un cierto porcentaje de posibilidades de ganar el caso, aunque sean pocas. Ante este contexto, el acreedor quizás puede desistir de posiciones maximalistas. 

Al igual que los embargos, se paralizan los pagos de otras deudas que tengas pendientes. Se entiende que la resolución judicial es la que indicará si tienes, o no, responsabilidades de pago. Esta es una forma de ganar tiempo y, sobre todo, de que la bola no crezca más. 

Ahora bien, existen dos inconvenientes que no debes desdeñar. El primero de ellos, que iniciar el proceso no implica que el juez te dé la razón. Y, en caso de que el expediente se salde de forma negativa para tus intereses, los embargos y pagos de las deudas se reactivarán. Por lo tanto, es importante que te asesores debidamente.

El segundo inconveniente es que, salvo en casos muy concretos y particulares, el BEPI se saldará con la exoneración de deudas, pero también puedes perder determinados bienes, como tu vivienda. En consecuencia, has de calcular cuándo te interesa y cuándo no. 

Ventajas y desventajas de refinanciar tu deuda

La refinanciación de la deuda es una opción que solo sirve si el resultado es muy incierto y te interesa mantener algunos bienes. En caso contrario, ¿por qué vas a renunciar a eliminar tus deudas para siempre y respirar?

Básicamente, un acuerdo de refinanciación, ya sea a través de la Ley de Segunda Oportunidad (LSO) o extrajudicial, te interesará si quieres negociar retener tu vivienda, por ejemplo. En este caso, si el acreedor se aviene a una quita parcial y no te queda mucha hipoteca por pagar, la refinanciación puede ser una opción.

Ten en cuenta, no obstante, que la mayoría de las veces estos planes de pagos no son de más de 5 años. Por lo tanto, es un punto a calcular antes de aceptar. 

Cómo iniciar el proceso de la Ley de Segunda Oportunidad

Iniciar el proceso de Ley de Segunda Oportunidad exige que cumplas una serie de requisitos; solo entonces, podrás dirigirte al juez, con abogado y procurador, y presentar la solicitud de exoneración de tus deudas. Estos son los requisitos, además de ser mayor de edad:

  • Ha de ser la primera vez que te acojas a la LSO, porque solo se permite en intervalos de 10 años. 
  • Tener, como mínimo, más de un acreedor. Este no suele ser un problema, porque quien se acoge a la LSO suele tener varios. 
  • No puedes deber más de 5 millones de euros.
  • Las deudas públicas con la Seguridad Social o con la Agencia Tributaria solo exonerarán un máximo de 10.000 euros en cada caso. El resto se tendrá que abonar, con independencia de que te concedan el BEPI. 
  • No puedes tener antecedentes penales en delitos contra el orden socioeconómico. Aquí nos referimos, fundamentalmente, a los delitos de fraude o estafa.
  • Y, lo más importante, tendrás que demostrar que has contraído la deuda de buena fe. Por ese motivo, tienes que gestionar cuanto antes la solicitud y proporcionar toda la documentación justificante de tus deudas, ingresos y de cuándo hubo un cambio sustancial sobrevenido que hizo que no pudieras pagar.

Finalmente, hemos de decir que lo mejor es que cuentes con una empresa especializada que te ayude a recopilar la documentación. Lo cierto es que son muchos los documentos que exigen, y si lo haces tú solo es una pérdida de tiempo y dinero. 

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