El concepto oportunidad financiera se refiere a la posibilidad de obtener un beneficio o una ventaja de tipo financiero. Por ejemplo, la posibilidad de hacer una buena inversión o de poner en marcha un negocio rentable. Pero, ¿qué ocurre con las personas que acumulan deudas? ¿Existen para ellas las oportunidades de tipo financiero? La respuesta es sí, porque tienen a su alcance la mejor de todas las oportunidades posibles: la de olvidarse para siempre de sus deudas si no pueden pagarlas.

¿En qué consiste la segunda oportunidad financiera?

Tal y como establece el Código Civil, la principal obligación del deudor es pagar sus deudas, con sus bienes presentes y futuros. Pero la realidad nos demuestra que hay casos en los que cumplir este compromiso se vuelve inviable. Si una persona ha llegado a la insolvencia, o está a punto de hacerlo, eso significa que no puede pagar lo que debe. Su situación económica es tan delicada, que cubrir todas las letras mensuales de préstamos y deudas se convierte en una tarea imposible. Quien está en esta posición entra en un círculo vicioso del que es muy complicado salir. Porque las deudas pendientes de pago generan intereses y recargos, así que por cada día que están sin pagar crecen más y más. Para acabar con esta situación y conceder una oportunidad financiera a quienes han llegado al punto de la insolvencia, se ha regulado la Segunda Oportunidad. Un procedimiento que permite a quienes cumplen los requisitos para acogerse a él, liberarse totalmente de sus deudas.

¿Cómo funciona la segunda oportunidad financiera?

Lo principal es que el deudor tenga más de un acreedor y que esté es una situación de insolvencia real o inminente. Además, debe cumplir otros requisitos básicos:
  • Actuar de buena fe.
  • Ser autónomo o particular.
  • No tener antecedentes por delitos socioeconómicos o contra el patrimonio.
  • Colaborar con el juzgado.
Al solicitar al Juzgado de lo Mercantil la Segunda Oportunidad, el deudor debe presentar los documentos que acrediten que cumple estos requisitos. Junto con la documentación relativa al estado de sus deudas y la información referente a sus acreedores. A los acreedores se les va a informar de la puesta en marcha de este procedimiento. Una vez que sepan de su existencia, ya no podrán iniciar acciones judiciales ni extrajudiciales para obtener el pago. Cesarán, por tanto, las llamadas de agencias de recobros. Si los acreedores ya hubieran tomado medidas legales, los procedimientos judiciales quedarán paralizados. Tampoco los embargos decretados se llevarán a efecto. Como ventaja añadida, una vez iniciado el proceso de Segunda Oportunidad financiera, las deudas dejarán de generar intereses.

Liquidación total o parcial del patrimonio

Al someterse a este proceso, el deudor puede elegir si quiere liquidar todo su patrimonio, o si prefiere salvaguardar algunas propiedades como su vivienda habitual. Si opta por liquidar todo su patrimonio, este será vendido en subasta pública. Con el dinero obtenido se pagará a los acreedores. En el caso de que las deudas no queden del todo canceladas con el resultado de la liquidación, el juez aplica el BEPI. El Beneficio de Exoneración del Pasivo Insatisfecho (BEPI) determina que las deudas pendientes de abono quedan totalmente canceladas por decisión del juez. Por tanto, los acreedores ya no pueden reclamarle nada a su deudor. Por el contrario, si la persona insolvente opta por una liquidación parcial de su patrimonio, el proceso cambia ligeramente. Primero se lleva a cabo la enajenación de los bienes presentados para su liquidación. Si tras su venta todavía subsisten deudas, el juez aprueba para el deudor un plan de pagos. Una medida que atiende a la especial situación del deudor, y que prevé un sistema de pagos que este pueda afrontar sin mayores problemas.

Efectos del BEPI

Si el deudor decide liquidar todo su patrimonio y obtiene a cambio el BEPI, es cuando se puede hablar de una verdadera segunda oportunidad para él. Es cierto que ha perdido todo su patrimonio, pero, a cambio, ha quedado totalmente libre de deudas. Y ello a pesar de que sus bienes no han cubierto del todo la cantidad que debía. El resultado es una persona que ya puede descansar tranquila por las noches, porque sabe que no le debe nada a nadie. No volverá a recibir llamadas de entidades de recobros, y sus datos serán borrados de los ficheros de morosos. Por tanto, si esa misma persona necesita dinero en el futuro para aprovechar una oportunidad financiera, podrá pedírselo al banco sin mayor problema. Incluso en los casos en los que se establece un plan de pagos porque no hay un BEPI total, la situación del deudor mejora notablemente. Puesto que ha conservado algunos de sus bienes más importantes, como su casa y, a la vez, tiene un plan que le permite pagar sus deudas cómodamente. De esta forma, el procedimiento de Segunda Oportunidad financiera se configura como mecanismo de protección para quienes, por un motivo u otro, se han endeudado demasiado. ¿Estás en dificultades económicas y deseas ponerles fin? Contacta con nuestro equipo y te ayudaremos en este proceso.